El Ártico es un ecosistema en transición. La adaptación a un Ártico más cálido es esencial para la supervivencia y la resiliencia de sus plantas y la vida silvestre, y para el bienestar de las comunidades que dependen de ellas. La transformación es especialmente clara en la tundra ártica. La tundra ha absorbido y almacenado carbono en suelo congelado durante milenios, pero los incendios forestales en regiones de permafrost, hoy mas calientes, están aumentando e inclinando la balanza, resultando en la liberación de carbono a la atmósfera, acelerando el cambio climático causado por el hombre. Otra de las características más singulares de la región, el hielo marino, ha servido como indicador del cambio en el Ártico hacia un nuevo estado ambiental, particularmente durante las últimas dos décadas. Las temperaturas del aire en la superficie del Ártico siguen aumentando, siendo 2024 el segundo año más cálido registrado. En agosto, olas de calor record azotaron a comunidades del norte de Alaska y Canadá. Pero estos cambios no son uniformes. En el Ártico Euro-Asiático, las temperaturas de la superficie del mar eran inusualmente altas, mientras que las temperaturas en el Ártico del Pacífico eran mucho más bajas. En algunas partes del Ártico Canadiense y Siberia, un verano extremadamente seco contrastaba marcadamente con fuertes precipitaciones en gran parte de Alaska y Escandinavia. A travez del Ártico, la acumulación de nieve en invierno estuvo por encima del promedio, pero la duración de la temporada de Nevada fue marcadamente diferente en cada region. En algunas partes del Ártico canadiense, la aparición tardía de nieve y el deshielo temprano de la primavera resultó en la temporada de nieve más corta en 26 años. A pesar de los desafíos, las amenazadas poblaciones de la foca anillada en la región del Pacífico Ártico son perseverantes, a pesar de que su principal fuente de alimento, el bacalao del Ártico, está cada vez menos disponible a medida que las aguas del océano se calientan. Pero a medida que el hielo marino, donde las hembras amamantan a sus crías, se vuelve menos estable en primavera y retrocede antes, el futuro de la foca sigue siendo incierto. A diferencia de las focas de hielo, muchos caribúes migratorios de América del Norte han disminuido sus población dramáticamente, hasta en un 65 por ciento durante las últimas décadas. Aunque poblaciones pequeñas de caribúes costeros han crecido recientemente o permanecen estables, disminuciones rápidas de grandes poblaciones en el interior son una preocupación seria para las comunidades locales. El aumento de la lluvia helada y los eventos de lluvia sobre nieve, restringen el acceso de caribúes recolectores a su comida, y las temperaturas más cálidas permiten que arbustos más altos dificulten el acceso al liquen del que dependen los caribúes. A medida que el Ártico se calienta, los Pueblos Indígenas trabajan para preserver y evolucionar sus prácticas culturales, demostrando resiliencia y adaptabilidad ante transformaciones ambientales extremas. Sin embargo los cambios en el Ártico tienen repercusiones mundiales, y la atención de todo el mundo es fundamental para reducir los riesgos en el future y fomentar una adaptación exitosa en el Ártico y más allá.